Desde nuestra infancia conocemos historias sobre cíclopes, sirenas, la hechicera Circe, y el hombre que estuvo perdido por las aguas del Mediterráneo tratando de volver a casa. La Odisea ha inspirado infinitas obras artísticas, literarias o cinematográficas. Muchas veces incluso se conocen los personajes y distintas anécdotas aunque nunca se haya leído una versión fiel de la obra.
Es curioso cómo forma parte de nuestros cuentos e imaginación uno de los textos griegos más antiguos, la Odisea, que junto a la Ilíada son los primeros poemas griegos de gran extensión que se conservan. Aunque Homero es un personaje oscuro y sobre el que el debate es amplio (¿Se trata de una persona o de un grupo?¿Es un personaje ficticio o real?), lo cierto es que la mayoría de los especialistas datan la transcripción de estos poemas en torno al siglo VIII a.C. Porque antes de ser un texto fueron poemas que se cantaban, recitaban, parte de la cultura oral. Desde la propia Antigüedad se ha propuesto una secuencia por la que es algo más antigua a la Ilíada y, algo posterior, probablemente de finales de siglo a la Odisea.
Lo característico de la Odisea, y que hace que siga gustando tanto en el mundo actual, es la narración de viajes y aventuras, los escenarios fabulosos de aires novelescos, alejados de las batallas y muertes heroicas de su predecesora.
Su protagonista, que da nombre al poema, es el héroe Odiseo, o Ulises para los romanos. En la Ilíada es quien idea la estratagema que “hizo caer las murallas de Troya”. Con sus narraciones no solo trata su viaje de regreso a Ítaca, su isla y reino, sino que también nos cuenta sobre los héroes y sucesos acaecidos en Troya. Es hijo de Laertes, un rey retirado al campo y, por parte de madre, es nieto de Autólico, hijo de Hermes.
Recreación del caballo de madera del largometraje «Troya», actualmente en el paseo marítimo de la ciudad de Çannakale (a 10 km. del yacimiento de Troya).
La palabra “odisea” ha pasado al lenguaje corriente para designar un viaje arriesgado y lleno de escollos, y el nombre de Odiseo, se ha convertido en un símbolo del viajero esforzado, errante y de talante fabuloso, que trata de volver a su patria.
Odiseo se caracteriza, a diferencia de otros héroes como Aquiles o Héctor, no por sus dotes físicas o sus armas, sino por sus dotes espirituales. Es “astuto, diestro en trucos, muy sufrido, muy inteligente, de muchos manejos o caminos”. Para su viaje va a contar con esta inteligencia, astucia y paciencia.
Otra de las diferencias entre los dos textos de Homero es que en la Ilíada los personajes femeninos quedan ensombrecidos por héroes bélicos y sus hazañas violentas, mientras en la Odisea nos encontramos con que desempeñan un papel importante en la historia. Las mujeres aparecen tratadas con un notable respeto y marcada simpatía, como: la inteligente Penélope que gestiona el reino en ausencia de su marido; Helena, que se muestra reflexiva y compasiva con Telémaco; la sabia Circe que da a Odiseo las indicaciones para emprender el regreso definitivo; Calipso que pliega la voluntad del héroe hasta que los dioses le ordenan ponerle en libertad; una joven pero muy consciente de sí misma, Nausicaa; la reina Arete de Feacia, cabeza del reino a la que Odiseo dirige sus súplicas; y la primera de las esclavas de palacio, su nodriza Euriclea.
«Circe ofreciendo la copa a Odisea», John William Waterhouse (1891)
La Odisea tiene una narrativa bastante compleja, donde el tiempo avanza y retrocede. Los hechos transcurren a lo largo de diez años y en lugares de todo el Mediterráneo. Hay sorpresas, aventuras con seres fantásticos, pero también ambientes domésticos y cortesanos. Está narrada por varias voces, plagada de ocultaciones y reconocimientos. El hilo de la historia es regresar al hogar, en un viaje imposible donde van a aparecer personajes que actúan como motor, motivo o medio para que ese regreso sea posible.
“De la Odisea, el argumento no es largo. Alguien pasa alejado de su patria muchos años, vigilado de cerca por Posidón y solitario; mientras tanto en su casa sus riquezas están siendo despilfarradas por unos pretendientes, que traman también la muerte de su hijo. Pero llega él, tras padecer todo tipo de fatigas, y, después de haberse hecho reconocer por algunos, lanzándose al ataque, se salva él y destruye a sus enemigos. Esto es lo propio de la Odisea, el resto son episodios”.
Aristóteles, Poética, 1455b, 17.
El poema consta de veinticuatro cantos que se pueden distinguir: las acciones de Telémaco “Telemaquía”, hijo de Odiseo; las aventuras marinas; y la estancia en Ítaca.
Mosaico que representa a Odiseo atado al mástil de su barco para escuchar el canto de las sirenas. Ciudad de Dougga, Túnez.
Canto I. Los dioses deciden en asamblea sobre el regreso de Odiseo.
Canto II. Telémaco reúne en asamblea al pueblo de Ítaca.
Canto III. Telémaco viaja a Pilos para informarse sobre su padre.
Canto IV. Telémaco viaja a Esparta para informarse sobre su padre.
Canto V. Odiseo llega a Esqueria de los feacios.
Canto VI. El encuentro de Odiseo con la princesa Nausícaa.
Canto VII. Odiseo en el palacio de Alcínoo.
Canto VIII. Odiseo agasajado por los feacios.
Canto IX. Odiseo cuenta sus aventuras: los Cicones, los Lotófagos, los Cíclopes.
Canto X. La isla de Eolo. El palacio de Circe la hechicera.
Canto XI. El descenso al Hades y el encuentro con Tiresias, quien aconseja a Odiseo sobre su regreso.
Canto XII. Las sirenas. Escila y Caribdis. La Isla del Sol. Ogigia y Calipso.
Canto XIII. Los feacios despiden a Odiseo. Llegada a Ítaca.
Canto XIV. Odiseo en la majada de Eumeo.
Canto XV. Telémaco regresa a Ítaca.
Canto XVI. Telémaco reconoce a Odiseo.
Canto XVII. Odiseo mendiga entre los pretendientes.
Cantos XVIII. Los pretendientes vejan a Odiseo.
Canto XIX. La esclava Euriclea reconoce a Odiseo.
Canto XX. La última cena de los pretendientes.
Canto XXI. El certamen de arco.
Canto XXII. La venganza.
Canto XXIII. Penélope reconoce a Odiseo. Odiseo marcha al interior de la isla para realizar un desagravio a Poseidón según le había indicado Tiresias.
Canto XXIV. Hermes lleva a los pretendientes hasta el Hades, mientras se realiza un juramento entre todos los habitantes de Ítaca para mantener la paz.
«Ulises y las sirenas», Herbert James Draper (aprox. 1909)
Para los historiadores el valor tanto de la Ilíada como de la Odisea es crear un puente entre el maravilloso mundo épico y los valores y conocimientos que se pueden aplicar a la realidad histórica. ¿Qué nos quieren contar de las mentalidades de los griegos los hechos que recoge la Odisea?
A nivel económico y social, la realeza aparece como nobles hacendados, integrantes de un colectivo aristocrático que anhelan un posición de primacía en competición con sus iguales. Para conseguir este fin Odiseo se ve obligado a tomar medidas coercitivas a su regreso a Ítaca. Las condiciones de esta isla poseen un interés especial. Ítaca ostenta todas las características de una ciudad-Estado autónoma, conocidas también como polis: templo, consejo y asamblea popular.
La riqueza se mide por los rebaños ganaderos, pero también la despensa, alimentos y reservas de metal, aparecen minuciosamente descrita en el poema. Además observamos una articulación social diferencia que abarca a esclavos, jornales libres, artesanos y campesinos independiente, y en la que, finalmente, una los nobles hacendados están en la cúspide de la pirámide social.
Si quieres conocer más sobre el relato te queremos recordar que el 28 de junio tendremos en directo en Instagram, a Pau Ferrandis editor de los Clásicos Liberados de la editorial Blackie Books que nos va a hablar de su última edición de la Odisea y el trabajo de una editorial con los clásicos de la Antigüedad.
Bibliografía
Barceló, P. (2001). Breve historia de Grecia y Roma. Alianza Editorial, Madrid.
Homero (2021). Odisea. Alianza editorial, Madrid. Traducción e introducción de Carlos García Gual.
Estrada, C. (2021). Odiseicas. Seix Barral, Barcelona.
Lane Fox, R. (2008). El mundo clásico: Epopeya de Grecia y Roma. Crítica, Barcelona.