Armas canto y al héroe, que de Troya
prófugo por el Hado vino a Italia,
en las lavinas costas, el primero;
al que en tierras y mar se vio batido
de adversos dioses, por la cruda saña
de Juno rencorosa; al que en la guerra
hasta fundar ciudad padeció tanto
y hasta entregar el Lacio a sus Penates; […]
Virgilio, Libro I, 6-13
Así empieza la Eneida, obra que se hizo por encargo para narrar los orígenes legendarios de Roma. Unos orígenes que habrían de remontarse a la época de los grandes héroes, Aquiles, Héctor o Agamenón, y que busca enlazar Roma con la antigua Troya de la Ilíada. El personaje elegido para ello será Eneas, príncipe troyano de una ciudad desaparecida. Pero el objetivo de esta obra no era inocente o meramente literario, estos orígenes debían enlazarse con el presente que se estaba viviendo en aquellos momentos y para que justificara las decisiones tomadas, las guerras libradas y la toma del poder por un solo hombre, Augusto, el primer princeps.
Virgilio, cuyo nombre completo era Publius Vergilius Maro, fue uno de los poetas romanos más importantes de los inicios del Alto Imperio. Hijo de campesinos acomodados nació en Andes, cerca de Mantua, en la Galia Cisalpina en el 70 a.C. y murió en el 19 a.C., a los 50 años de edad.
Virgilio junto a las musas Clío y Melpómene (s. III, Museo del Bardo, Túnez). De Giorces – Fotografía propia, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2266859
El contexto histórico va a ser fundamental para comprender el nacimiento de esta obra. Entre el 49 al 45 a.C. tuvo lugar la Guerra Civil entre César y Pompeyo. Al terminar, en el 44, va ser asesinado Julio César. A ello le siguen los combates en torno a Módena del 43 entre las tropas senatoriales y las de Marco Antonio. Sigue luego el Segundo Triunvirato. El año 42 se produjo la batalla de Filipos entre los cesarianos y los últimos defensores de la República como Bruto y Casio. Este acontecimiento no supuso el fin de las Guerras Civiles, pues en el 41 a.C. tiene lugar la guerra entre César Octaviano, después llamado Augusto, y los partidarios de Marco Antonio. Finalmente, Marco Antonio y Cleopatra fueron derrotados en la batalla naval de Accio, septiembre del 31 a.C., concluyendo así las cinco guerras civiles que realizó Augusto.
Todo ello nos sitúa en una Roma que había sobrevivido a años de guerras civiles y conjuras. Augusto era ahora el vencedor, y aunque Virgilio ya lo había elogiado en sus Geórgicas, ahora necesita un poema en su honor que engrandeciera e hiciera eternos los acontecimientos vividos y el establecimiento del nuevo gobierno.
El objetivo principal de todo lo que sucede en la Eneida es llegar a la fundación de Roma. Autores como Tito Livio, entre otros, únicamente se habían remontado hasta el primer rey Rómulo. La literatura latina poseía una tradición prestigiosa y centenaria, que daba el material de fondo para componer estas nuevas obras. Sobre esta tradición incluirá Virgilio con sutileza sus propios intereses. Usará el material mítico de los poemas homéricos para reflexionar sobre la historia presente de Roma y sus proyectos de futuro.
Origen de la República Romana, Casto Plasencia y Maestro (1890)
©Museo Nacional del Prado
El mundo mitológico en el que se mueve Eneas surge en una sociedad plenamente histórica. A parte de la inspiración en Homero, Virgilio usó otras fuentes, como Catón el Censor con su obra histórica Origines y el erudito y anticuario del siglo I a.C. Varrón y sus Antiquitates. También se vale de algunos historiadores griegos como Timeo y Diodoro, y eruditos como Ateio Filólogo o Alejandro Polihístor que se ocuparon de cuestiones relativas a los viajes de Eneas.
Pese a ser personajes extraídos de la mitología griega, la temática de la Eneida es romana: un héroe troyano que ha sobrevivido a la caída de su ciudad, que viaja por el Mediterráneo y, finalmente, en su misión llega a Italia donde funda la ciudad de Lavinium.
«El incendio de Troya», Juan de la Corte (primera mitad del s. XVII). ©Museo Nacional del Prado
Eneas es un héroe secundario en los poemas homéricos, ahora protagonista. Su tradición tenía muy pocas informaciones y resultaba pobre e imprecisa, inconvenientes que resultaron favorables para su reinvención literaria. A comienzos del siglo II a.C. unas pocas familias nobles denominadas familiae Troianae se consideraban sucesoras de los troyanos. La familia Julia parece haber sido una de las últimas en integrarse en este grupo, pero a partir del 63 a.C. con Julio César es ya constante.
Eneas va a ser el portador de la meta del poema: llevar los dioses y a su pueblo hasta el Lacio, por lo que debe ser obediente y respetuoso. No es un vencedor que emprende un viaje de vuelta a casa como Odiseo, es un vencido que emprende un camino hacia lo desconocido, buscando una nueva patria para todos los suyos. Está entregado al destino, a su misión y a la persecución de un ideal hacia el que guía a todo un pueblo. Su personaje se va construyendo y haciendo más complejo, incorporando elementos «romanos», a medida que avanza en su viaje.
“El viaje entonces no es más que un viaje fundacional donde Eneas, que comienza vacío, se va llenando con aquellos valores e ideas que estarán en el corazón de Roma; va modelando su personalidad y actuando conforme a ella y a las responsabilidades que cada nuevo valor le impone. El viaje hacia el Lacio es un viaje hacia el principio, hacia los orígenes, hacia la fundación de Roma.”
Campello Issaly (2001)
Eneas llevando a su padre Anquises, cerámica de figuras negras (520 – 510 a.C.).
La obra de Virgilio está dividida en doce libros, que temáticamente comprenden dos partes. La primera mitad de la Eneida es la llamada parte “odiseica” constituida por el viaje de Eneas y sus compañeros desde Troya hasta el Lacio.
Libro I: se inicia el relato con la llegada de Eneas a Cartago, perseguido por la ira de la diosa Juno. Allí es recibido por la reina cartaginesa Dido, a la que narrará todas las acciones desde su partida de Troya.
Libro II: describe la destrucción de Troya y enumera las causas del viaje que ha emprendido.
Libro III: primer tramo de su periplo por el mar hasta Sicilia. Es el periodo más largo en el tiempo y el más pobre en acontecimientos.
Libro IV: se detiene en la estancia de Eneas en Cartago, su romance con la reina Dido y la tentación, que casi le hace olvidarse de su misión. En buena parte de este libro se desentiende de la figura de Eneas y se centra en Dido, personaje secundario desde el punto de vista de la leyenda.
Libro V: se ocupa de los juegos en honor de Anquises, celebrados en Sicilia. Sirve también para mostrar una de las más duras pruebas de Eneas: el incendio de su flota por las mujeres troyanas. También explica la fundación de Segesta.
Libro VI: se centra en el episodio fundacional de la nación romana a la par que en la significación global de la historia. El descenso a los infiernos de Eneas, alusiones al pasado de Troya y al futuro de Roma y sus hombres. La Sibila advierte a Eneas antes de bajar al Hades le transmite información acerca de sus futuros enemigos en Italia.
La segunda parte de la obra es de temática bélica y tiene lugar en suelo itálico.
Libro VII: cuenta los hechos desde el desembarco hasta el estallido de la guerra. Describe el Lacio, su espacio física, dioses, instituciones religiosas y políticas primitivas. Catálogo de guerreros itálicos. Italia entera, con sus provincias, colonias, municipios.
Libro VIII: narra la partida de Eneas en busca de aliados y visita a la Roma primitiva. Roma, su espacio, atmósfera primitiva, religión, lugares sagrados, ceremonias festivas, tradicionales. Su historia futura, complemento necesario a su presente insignificante, aparecerá representada en el escudo de Eneas al final del libro.
Libro IX: el asalto al campamento troyano en ausencia de Eneas.
Libro X: primer gran combate con las muertes de Palante, Lauso y Mecencio.
Libro XI: tregua y combate de caballería.
Libro XII: batalla decisiva y duelo final con la muerte de Turno.
La Eneida es un texto con una finalidad política que hizo apología de los principios del Estado romano. Este adquirirá una finalidad consumada bajo el periodo de la “pax romana” de los siglos I y II d.C. haciendo legítimos a los dioses-emperadores que gobernaron, pues serán dignos sucesores de otros héroes primitivos de Troya.
«La deificación de Eneas», Merry-Joseph Blondel (aprox. 1820). ©Museo Nacional del Prado
Bibliografía
Campelo Issaly, M.ª F. y Cardigni Morales, J. (2001). “Muerte fundadora: la Eneida de Virgilio”. Cuad. Filol. Clás. Estudios Latinos, 20: 57 – 65.
Montenegro Duque, Á. (1950). “La política de Estado universal en César y Augusto a través de la Eneida de Virgilio”. Revista de Estudios Políticos: 57-97.
Virgilio (2021). Eneida. Edición de José Carlos Fernández Corte. Cátedra. Madrid.